miércoles, 21 de enero de 2015

Sordera Colectiva, Pandemia organizacional

El otro día estaba en el Banco haciendo unas gestiones y mientras esperaba tuve la oportunidad de leer un numero de la revista Executive Excellence, publicación oficial del club de la excelencia en gestión, en ella hay un articulo que nuevamente habla de los problemas de comunicación, de la carencia de empatía entre los mandos y los empleados. En el articulo hacían mención a una cifras muy significativa de una investigación realizada por el departamento de trabajo de EE.UU. en ella se indican unos datos curiosos donde reflejan que el 22% del trabajo lo empleamos en leer y escribir, el 23%  en hablar pero tan solo el 5% en escuchar. El remanente 50% del tiempo lo utilizamos para hacer nuestro trabajo.

Cada vez escuchamos menos, escuchamos menos a nuestros amigos, a nuestros compañeros, a nuestros empleados, a nuestros pacientes y a nuestros clientes. En las organizaciones es aun peor. También en dicho articulo se refieren a un estudio publicado por Beckman y Frankel donde hicieron estudios determinando los niveles de atención en consultorios médicos obteniendo estos increíbles resultados: en solo el 23% de las visitas el paciente tiene la opción de compartir todas sus preocupaciones con su medico, En el 69% de los casos los médicos derivaron las preguntas hacia un tema en especifico y solo en un caso el paciente tuvo la oportunidad de comentar sus preocupaciones. En otro estudio similar realizado por Antunes y col. en algunas farmacias portuguesas , en las cuales además de vender medicamentos y productos de parafarmacia, realizan diversos servicios farmacéuticos. En dicho estudio se concluye que el factor que mas afecta a la fidelidad de un paciente hacia su farmacia, es la relación Farmacéutico-paciente y su capacidad de relación y de empatía que su capacidad técnica.


También he leído una entrada en el interesante Blog de @susitravel en el que principalmente se aboca a hablar de ventas cruzadas en farmacias. Sin embargo, en esa entrada, la comienza diciendo que se ha decidido a cambiar de su óptico de toda la vida por que ha sentido que ha perdido la empatía con él,  puesto que, a pesar de que suele usar gafas y no le gustan las lentillas, finalmente había encontrado unas lentillas que le ajustaban bien y con las que se sentía a gusto, y sin embargo, su óptico se empeñaba en venderle otras distintas, a pesar de decir que a ella no le importaba pagarlas así fueran mas caras.


Me he acordado, también de unas de mis primeras entradas donde me enfocaba principalmente en la importancia de escuchar al cliente y en el que di algunos tips para mejorar escucha activa. Igualmente Arturo Merayo, en el articulo de la revista Excellence ya mencionado, da su particular dossier de como mejorar esas capacidades. Hay muchos artículos en los que se habla de la necesidad de mejorar estas capacidades y como hacerlo para mejorar los resultados de la empresa. 

Lamentablemente a menudo nos olvidamos que escuchar mejora nuestras relaciones personales, laborales y empresariales, lo que a la larga es beneficioso para todos. ¿En cuantas farmacias entráis y la persona que os atiende esta en situación de defensa o de mal humor?. La ausencia de un proceso de escucha activa puede derivar en una falta de empatía perjudicando a la organización, sin importar su tamaño. La falta de empatia deshace equipos, hace que perdamos clientes (pacientes) y por lo tanto, al final, acaba por afectar los resultados de nuestra farmacia.

En palabras de John Maxwell experto en liderazgo y comunicación:
"A veces la mejor forma de aprender es regresar a lo que es fundamental"

¡Y escuchar es fundamental!

Escucha activa



En términos generales deberíamos acordarnos de la regla de oro de los negocios: "Haz a los demás lo mismo que quisieras que te hicieran a ti", es decir, si te gusta ser escuchado entonces escucha, si te gusta ser bien atendido entonces atiende bien. Esto viene de escucharnos a nosotros mismos.

La mayoría de las personas no tenemos conciencia de nosotros mismos, no nos escuchamos y terminamos comportandonos igual con los demás. La gente que trabaja experta en Inteligencia Emocional habla de algo que denominan inteligencia social y que, en la mayoria de los casos, se practica poco porque se desconoce, porque no ha sido entrenada. En cuyo caso,  lo que mayormente hacemos es fijar la atencion en lo que consideramos importante para nosotros mismos sin importarnos el resto, es decir, que desarrollamos poca empatia hacia con los demas.

Según Alessandra, Cathcart y Wexler en su libro vender por objetivos, las personas se interrelacionan entre si siguiendo unos modelos de comportamiento que ellos han diagramado en cuadrantes y clasificado como: Socializador, Director, Pensador y Relacionador. Todos tenemos características de cada uno de los tipos, pero tenemos algunas que destacan mas en la clarificación, por lo que tendemos a ser mas de un tipo que de otro. De acuerdo a esto dos personas con comportamientos abiertos por ejemplo, el Socializador y el Relacionador se sentirán cómodos el uno con el otro e incómodos con una persona con comportamiento Director o Pensador.

Las relaciones comerciales, los equipos de trabajo, los centros de atención al cliente interactúan con personas con diferentes tipos de comportamiento, si no hay un proceso de escucha activa es difícil que puedan llegar a un entendimiento y a desarrollar tareas en conjunto de manera efectiva.

¿Cuantos de nosotros podríamos haber evitado reclamaciones, malos entendidos, perdida de cliente con solo haber escuchado activamente a nuestros clientes, empleados, amigos y familiares?


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